Mi trabajo consiste en preparar físicamente a todos los
jugadores de un club de baloncesto, desde los más pequeños hasta los más
grandes con 16-17 años. Con los más pequeños mi trabajo consiste en la
motricidad, asignatura que cursé en el primer cuatrimestre del primer curso. Y
a los que comienzan su desarrollo o ya casi lo han acabado están vinculados a
los trabajos de fuerza, resistencia, velocidad y velocidad de reacción.
Cada vez me doy más cuenta que lo que Víctor, nuestro
profesor de Educación del movimiento, nos transmite en clase tiene gran veracidad,
como por ejemplo, aquello de “no sabemos hacer algo hasta que lo vivimos”, y es
que cuando realizo las sesiones sobre motricidad , vinculo la dificultad que me
suponía a mí personalmente cursando la asignatura y la selecciono dependiendo
de la edad a la que va dirigida. Para los más grandes del club, ocurre lo
mismo,, los trabajos tanto de velocidad como de fuerza están basados en la
propia experiencia, ejercicios que he realizado durante mis años de jugador y
en el caso de que se me ocurra algún ejercicio novedoso, antes de
transcribirlo, lo realizo yo físicamente para anotar el grado de dificultad de
dicho ejercicio.
Ahora puedo decir que junto a la experiencia que he ido
adquiriendo como preparador físico junto con los conceptos que se imparten en
clase se van relacionando significados, y con ello, nuevas conexiones que
terminan por hacerte ver que algún día sabrás educar mediante el movimiento.
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